Quién me lo iba a decir, el primer post resulta siendo el más difícil de escribir. La emoción que encierra el lanzamiento de un nuevo espacio que pretende recoger las ideas y el conocimiento aprendido hasta hoy, compartirlo y transmitirlo, no lo hace nada fácil. Así que quien piensa que para un periodista, acostumbrado a escribir, es más sencillo, se equivoca.

Tratar de emprender algo es un desafío y encierra, como todo gran desafío, muchas emociones. Y aquí no hay años de periodismo que valgan. Crear un blog personal lleva implícito además exponer ideales, percepciones y emociones.

Como periodista la exposición es manejable. Tienes una noticia que te cubre las espaldas, que disimula tus emociones. Aunque es verdad que muchas veces estas se filtran por el llamado entre líneas que muchos hemos aprendido a manejar muy bien (bueno no todos).

Como blogger sin embargo, no tienes esa ventaja. Tus emociones están a flor de piel. Cada pensamiento, idea e incluso la forma de transmitir una noticia se hace sintiendo. Además no existe el editor que corrija tu titular, expresiones o mensaje. No hay filtros, eres tu propio editor ¿y acaso somos capaces de editar lo que sentimos?

En todo caso, estas dificultades, como muchas tantas que tenemos que afrontar en la vida, son lo que conocemos como retos. Y he decidido plantearme uno: crear este espacio que busca abrirse camino y sumar esfuerzos en esta gran revolución o cambio de actitud por el que pasa el mundo de la comunicación.

Los cambios que ha supuesto en el tratamiento de la información también me obligan a ello.

Quiero aprovechar para agradecer a todos aquellos que me han empujado a crear mi propio espacio (yo la primera). Y en este agradecimiento tengo que mencionar a dos personas que no han dudado en apoyar esta iniciativa: Daniel Solana, increíble diseñador y maravillosa persona y David Vicente cuya generosidad es difícil de cuantificar.

Lo dicho, un blog no es tarea fácil, pero estoy convencida que bien vale la pena.