El sábado, cuando me disponía a escribir sobre las ideas que había recogido de la maratónica e interesante jornada de Internetestuyo, cometí la terrible imprudencia de leer un artículo en la BBC que me llamó poderosamente la atención. Se trataba de unas declaraciones de Eric Schmidt, el máximo responsable de Google, anticipando el futuro en esta era tecnológica. Las ideas de Schmidt consiguieron inquietarme y con esto desviar mi atención para escribir (aunque también me acordé que había quedado así que no todo es culpa de Schmidt).

Pero vamos a lo importante. El mensaje de Schmidt (y copio sus palabras del artículo publicado por la BBC) consistía en afirmar que los habitantes del planeta en el futuro no se sentirán nunca solos, ni se olvidarán de nada, nunca se perderán, ni les faltarán ideas, jamás se aburrirán y quizá nisiquiera necesitarán conducir un coche, porque podrá conducirse solo. En pocas palabras podemos ser más felices. Aquí me detuve a pensar en dos cosas: La primera, que existe una visión claramente optimista del directivo de Google sobre nuestro futuro gracias a la evolución o revolución tecnológica y la segunda, que simplemente la lucha constante que supone para Google innovar, no detenerse y adaptarse rápidamente a todos los cambios tecnológicos (ya salió Google TV) los ha hecho a perder la perspectiva humana.

Han pasado poco días de esto y hoy me encuentro con que Steve Ballmer, presidente ejecutivo de Microsoft, en una conferencia en la London School of Economics, afirmaba estar convencido de que la nube (la manera en la que se describe a todos los servicios informáticos que no se encuentran alojados en el ordenador sino que «viven» en internet, en servidores alojados por el mundo) y sus aplicaciones harán que «los dispositivos sean más inteligentes, conozcan más sobre el usuario y hagan de éste una persona más inteligente» (también declaraciones tomadas de la BBC).

Sí, el futuro para los grandes de Internet es bastante prometedor. Tal vez  porque parten de una premisa que comparto, y es que el hombre está obligado a evolucionar (aunque muchos se muestren reacios). De esta manera concluí que lo que ven ambos en un escenario futuro no es realmente una panacea, sino más bien el hecho de que esta nueva era nos ofrece a todos una oportunidad. Hay peligros como todo, pero también muchas oportunidades. Y obviamente existirá quien sepa aprovecharlas.

En todo caso, aunque ambas declaraciones me han llevado a postergar el post del evento, hay ideas que recogí de Internetestuyo que me sirven para profundizar en estas afirmaciones. Durante su exposición, Carlos Barrabes, presidente de Barrabés Internet, mencionó aspectos que constantemente parecen olvidarse:

• El conocimiento, ya no es de unos cuantos, se ha vuelto global.
• La tecnología lo que hace es permitir que el conocimiento se expanda por todo el mundo.
• El desafío, decía Barrabes, es comprender el contexto cambiante en el que hacemos negocio.
• Hay que tener el «feeling» del pensamiento simultáneo.
• La innovación pasa por entender lo que está pasando y la visión consiste en la manera de hacer las cosas y hacerlo rápido.

Y termino con una frase de Ballmer que engloba estas ideas: «El futuro está en nuestras manos, pero no lo tenemos seguro. Tenemos que inventar, crear, mirar hacia el futuro e ignorar nuestro pasado».