Sí, soñé que era Obama. Y debo admitir que mis sueños de adolescente -y no tan adolescente- de ser presidente nada tuvieron que ver. Creo que las moderadas declaraciones del presidente de Estados Unidos han tenido un impacto en mí.
Obama no ha pecado de exceso de optimismo a pesar de que se ha conocido que el PIB anual de EEUU ha subido un 3,5% en el tercer trimestre, lo que ha significado registrar su primer crecimiento desde 2008. No hubo ni triunfalismo, ni euforia. Lo que hubo fue un mensaje cargado de sentido común.
Sus palabras salieron como si hubiesen sido mías: «el crecimiento es una noticia obviamente bienvenida y confirma que esta recesión está cediendo y las medidas que hemos tomado han ayudado a ello… pero también sé que tenemos un largo camino por recorrer hasta que se restablezca plenamente nuestra economía». Palabras creíbles considerando además que se acaba de conocer que el gasto de los consumidores estadounidenses ha caído en septiembre un 0,5% y ha puesto fin a la racha de cinco meses de subidas.
Y ahora me encuentro con las declaraciones de nuestro presidente Zapatero: «Estamos saliendo de la recesión. Afrontamos, pues la fase final de la crisis. Algo bien distinto en el ámbito de la recuperación del empleo. Ahí tendremos que esperar más. Con todo, soy optimista»..
Unas declaraciones que, a diferencia de Obama, resultan poco creíbles, más aún después de conocerse que el paro en España sigue en aumento, y nos mantenemos a la cabeza del paro de la zona euro con una tasa del del 19,3% en septiembre.
Unas declaraciones que sin duda frustan ese sueño adolescente de lo que debe significar ser presidente. ¿Soñaré algún día que soy Zapatero? Creo que no…
[Escrito para Finanzae]